Bajo asedio: la vida de los pueblos indígenas que custodian recursos naturales

16 de abril de 2024. Los pueblos indígenas han enfrentado múltiples olas de colonización y despojo de sus tierras y recursos naturales. Minería, represas, biodiversidad y ahora mercados de carbono son el motor detrás de los ataques, señalaron representantes indígenas que se reunieron para hablar del asedio extractivista en su contra. Este diálogo ocurrió durante la 23 sesión del UNPFII.

 

Edward Porokwa, de Tanzania, señaló que las comunidades de pastores indígenas están sufriendo una «conservación forzosa» que provoca desplazamientos, aunque el gobierno diga que se trata de una salida voluntaria. «Dicen que lo hacen en nombre de la conservación, pero cuando sacan a la gente utilizan la tierra para ir a cazar animales. Dicen que lo que hacen es bueno para todos, pero a nosotros nos afecta y no tenemos ningún beneficio. Se trata de dólares, se trata de nuestros bosques, es una competición entre el gobierno y la comunidad por los créditos de carbono», resumió.

 

Johnson Malih Ole Kaunga, director ejecutivo de IMPACT, denunció que las iniciativas relacionadas con el carbono son falsas y que todo el debate en torno al Acuerdo de París está provocando que los pueblos indígenas sean desposeídos de sus tierras.

Por ejemplo, Kenia está modificando su marco legal para apropiarse de territorio indígena, por lo que es clave que los pueblos indígenas puedan asegurar la titularidad de sus tierras. Advirtió que el 80% de la inversión en carbono es occidental: hacen creer que están conservando la tierra, pero los fondos son blancos y el dinero vuelve a Occidente. La gente cree que va a recibir dinero, pero acaban distribuyendo solamente un 10% entre los propietarios de la tierra. “Ellos actúan como si los pueblos indígenas no pudiéramos gestionar nuestras tierras, y lo que quieren es que tengan ‘valor’”, añadió.

 

Daniel Kobei, de Kenia, recordó que los ogiek ganaron un caso ante el Tribunal Africano en relación con el desplazamiento del bosque de Mau. Sin embargo, lo que han recibido no ha sido el cumplimiento de la sentencia, sino un acoso constante e intentos de dividir a la comunidad. El origen de este hostigamiento radica en que el Gobierno quiere convertirse en paladín contra el cambio climático a través del mercado del carbono, pero en ese camino está negando los derechos de los pueblos indígenas.  «Nos dicen que nos vayamos, pero ¿adónde vamos a ir?», sentenció.

 

El participante de Papúa Occidental, de quien omitimos el nombre por graves riesgos a la seguridad, dijo que Indonesia les ha robado el territorio y que su lucha ha sido estigmatizada como separatista y terrorista, lo que les ha obligado a huir. Las empresas mineras les dicen que son un grupo rebelde. «Por favor, hablen de nuestra tierra, hablen de Papúa Occidental. No vemos ningún futuro con Indonesia», clamó.

 

Joan Carling, de Filipinas, señaló que la situación es preocupante en su país. El 75% de la cubierta forestal está en territorio de pueblos indígenas, amenazado por la deforestación, la minería y más recientemente por la represas. Esta situación se da a pesar de que las tierras están tituladas. También sus pueblos sufren la militarización y la violencia: “Tan solo en 2022, en IPRI documentamos 21 casos de asesinatos, 6 arrestos ilegales, más de 40 líderes enfrentando cargos criminales falsos, y muchas organizaciones que son etiquetadas como apoyo de terroristas”, informó.

 

Orlando Rayo Acosta, de la ONIC en Colombia, consideró que uno de los retos es cuidar el sistema de conocimiento indígena, que permite mantener la gobernabilidad y el equilibrio entre las personas y la naturaleza. “La paz no es un derecho, es un deber”, señaló, luego de advertir que la guerra “nos ha atropellado”.

 

 

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